Pila bautismal

Pila bautismal

DENOMINACIÓN:
Pila bautismal

CLASIFICACIÓN:
¿Castellón?
Mediados del siglo XIX

PROCEDENCIA
Procede de la antigua parroquia de Santa María de la Almudena (Madrid).

MATERIALES
Barro cocido y esmaltado con vidriado de estaño. Decoración bicroma a base de azul de cobalto y amarillo de antimonio.

TÉCNICA
Subida a torno con motivos realizados a molde y aplicados a la pieza.

MEDIDAS
Altura: 23,5 cm; diámetro de la boca: 35 cm; diámetro de la base 16,5 cm.

DESCRIPCIÓN
Recipiente circular de forma globular con un anillo en la base como asiento. Tres bandas azules en torno al labio, la superior más gruesa. Bajo estas, decoración de flores y tallos de color azul y amarillo. La pieza esta circundada por una cenefa de flores, hojas y cintas en relieve, decoradas por punteados, cuadrículas y líneas de color amarillo o azul.

ESTADO DE CONSERVACIÓN
Presenta craqueladuras en prácticamente toda la superficie y algunos cráteres. Varios despostillados en la decoración de relieve.

BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA
FERNÁNDEZ TALAYA M.T. y JUNQUERA PRATS, J., Museo de la Catedral de la Almudena. Catálogo de la exposición. Madrid, 2007, p.345.

ESTUDIO
A raíz del derribo de la antigua iglesia de Santa María de la Almudena de Madrid en 1868, la parroquialidad se trasladó al templo del monasterio de las Bernardas situado en la calle del Sacramento. Al ser la iglesia de un monasterio, no estaba dotada de pila bautismal, prerrogativa que solo tienen los templos parroquiales. Por este motivo se empezó a utilizar para la celebración de los bautizos esta pila cerámica. En 1911, la reina María Cristina asistió a la misa de consagración de la cripta de la Catedral de la Almudena y, en ese momento se estableció en este nuevo templo la parroquia de Santa María, hasta ese día en las Bernardas. En torno a este año se fabrica la actual pila bautismal de mármol de la cripta, y deja de usarse este recipiente cerámico.

Por medio del anillo de la base de la pieza podemos ver que el barro tiene un color beige claro. Esta tonalidad nos lleva a descartar la ciudad de Talavera como su lugar de producción, ya que sus barros son de tonalidad más oscura, similar al color canela. La tonalidad clara del barro nos remite a alfares de la costa levantina. Este será el punto de arranque del estudio de esta pieza.

Analizando visualmente el esmalte blanco que cubre la pieza, podemos ver varios cráteres provocados por la impureza de la molienda cuando entra en contacto con el calor del horno. Estos cráteres, aunque no son ni tan abultados ni tan numerosos como en otros lugares de producción españoles, descartan a la Real Fábrica de Alcora (Castellón) como posible origen de esta pila. Las piezas realizadas en dicha fábrica se caracterizan por la suavidad de su barniz y la ausencia de impurezas, ya que el trabajo se realizaba de manera cuidadosa tanto a nivel constructivo como decorativo, usando materiales de buena calidad.

Respecto a la decoración, la gama de colores utilizada son el azul de cobalto, color de alta de temperatura, y el amarillo de antimonio, de baja temperatura, ambos extendidos con pincel. Estos motivos se aplicaban sobre el esmalte blanco de estaño. Es especialmente llamativa la manera de extender los azules que con la ayuda de diluyentes o dejando transparentar el blanco del esmalte, el ceramista va creando gradaciones tonales que dotan a las flores de gran naturalismo. Las flores representadas son de dos tipos: con los pétalos abiertos, similar a la margarita, o cerrados como una rosa. La manera de realizar el centro de las margaritas, es trazando una retícula con un amarillo anaranjado conseguido mediante la mezcla del óxido de antimonio y una pequeña cantidad de óxido de hierro. La cenefa de flores moldeadas que rodea la pieza presenta toques de color con las mismas tonalidades que el resto de la decoración.

Las flores como motivo ornamental es una constante en las decoraciones de la cerámica levantina. La decoración floral azul y amarilla está presente en la azulejería de varios palacios e iglesias del Reino de Valencia. Entre ellas podemos señalar el panel de San Jerónimo del Colegio del Arte Mayor de la Seda de Valencia o el zócalo de Santa Úrsula también de Valencia, obras realizadas en el primer tercio del siglo XVIII[1]. Flores naturalistas de menor tamaño de colores azul, amarillo y verde también aparecen en la serie Rococó de Alcora. Estos motivos son los mismos que decoran platos y fuentes de las series populares de Alcora conocidas como el cacharrero o el chaparro[2].

Las tres bandas que perfilan el borde del labio son un motivo común de Alcora, más concretamente de las series del periodo neoclásico del último cuarto del siglo XVIII[3]. Las bandas estuvieron muy presentes en los trabajos de muchos talleres de Castellón a lo largo del siglo XIX[4], siglo en el que situamos nuestra pila.

Como hemos indicado anteriormente, algunos defectos de fabricación, sobretodo en el esmalte, nos hace pensar en una fabricación menos cualificada que la Fábrica de Alcora pero muy influenciada por esta, posiblemente se trate de una pieza realizada en las fábricas de loza popular valencianas del siglo XIX.

A lo largo de la segunda época de Alcora (1743-1798), algunos operarios comienzan a establecerse por libre haciendo la competencia a la fábrica matriz. Entre las poblaciones que se empiezan a afianzar como centros cerámicos están Onda y Ribesalbes (ambas en Castellón). Estas fábricas de cerámica con pocos empleados son denominadas popularmente fabriquettes. Se caracterizaban por la realización de dibujos similares a la producción de Manises pero con trazos más libres. Las decoraciones más extendidas en las fabriquettes son la vegetal y los pájaros. De alguna manera su éxito se debió a desmarcarse de la estética alcoreña y apostar por un estilo más libre, más popular. Entre los ejemplos de esta producción que nos ayudan en la catalogación de nuestra pila bautismal, se encuentra un plato atribuido a la producción de Ribesalbes[5] fechado entre 1800 y 1820, que se encuentra en el Museo Nacional de Cerámica de Valencia[6]. En la decoración floral que cubre el alero podemos ver similitudes tanto en las flores de azules tonales como en los tallos o ramitos anaranjados.

Aun acercándonos a la cerámica levantina como lugar de producción de esta obra, no hemos encontrado ninguna pieza que recoja una ornamentación exactamente igual a la presente. Es por tanto difícil asegurar con rotundidad el origen de fabricación de esta pila bautismal.

Algo similar sucede con la tipología. Cabría la posibilidad de que este recipiente haya sido fabricado con una finalidad distinta a la que ha llegado a nosotros. Es difícil demostrar esta hipótesis pues no corresponde con ninguna tipología conocida en cerámica. En algún momento podemos pensar que se trata de un macetero, una tipología que comienza a ser común a mediados del siglo XIX. El Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid conserva en sus fondos un buen número de maceteros de esta época realizados en cerámica popular levantina, más concretamente en Ribesalbes. Sin embargo, esta tipología tiene siempre forma troncocónica que nada tiene que ver con la forma globular de la pila en cuestión.

La elaboración de pilas bautismales de cerámicas es algo común en varias regiones españolas. En el caso de la cerámica de Aragón, la realización de estas piezas es una constante, tal y como podemos ver en la magnífica pila bautismal de cerámica de Muel del Instituto Valencia de Don Juan de Madrid. También de cerámica aragonesa está realizada otra pila bautismal del siglo XVI, esta vez en el Museo de Cerámica de Barcelona. En este mismo museo hay otra pila bautismal con la misma estructura constructiva que la anterior pero fechada en el siglo XV[7]. Saliéndonos de este modelo, en el Museo Arqueológico de Sevilla y procedente de Talahara (Benacazón, Sevilla) encontramos una pila bautismal realizada por alfares sevillanos, de gran tamaño y con un grueso pie circular sobre el que se apoya el vertedero. Toda la pieza tiene decoración modelada y aplicada con forma de piñas y flores cuadrifolias. Está cubierta de un esmalte de plomo de color verde y aparece fechada en el siglo XVI. Especialmente interesante para nuestro estudio es la pila bautismal de San Martín de Salillas de Jalón (Zaragoza). Una pieza realizada en la Fábrica de Loza de Alcora, marcada con la A en manganeso bajo vidriado. Está fechada en 1787 y supone una rareza dentro de las tipologías alcoreñas[8]. La existencia de esta pieza nos indica que, igual que la Fábrica de Alcora realizaba piezas especiales por encargo, los otros centros de producción de cerámica levantina harían lo mismo.

Actualmente se siguen realizando pilas de bautismo cerámicas especialmente en los alfares de Talavera. El modelo que ha permanecido hasta hoy es el de Aragón: recipientes cóncavos con un pie circular y con una tapa troncocónica rematada con un pomo. En cuanto a los motivos ornamentales, nos puede chocar en un primer momento la ausencia de símbolos relacionados con el uso sacramental de la pieza. Sin embargo, en muchas de las pilas que hemos ido comentando, la decoración es generalmente vegetal y, en muchos casos, ausente de simbología religiosa al menos explícita.

Para concluir nuestra valoración sobre la pila bautismal de la Almudena, no podemos dejar de resaltar la originalidad dentro de su tipología y la rareza que acentúa el valor de la misma. A este aspecto se une su original y bien ejecutada decoración. Los materiales son de buena calidad aunque presente defectos en el esmalte. Quedarían, sin embargo, varias respuestas sin responder sobre su origen que, lamentablemente, no aclaran los inventarios de la parroquia de Santa María.

Óscar Uceta García
Museo de la Catedral de la Almudena

[1] COLL CONESA, J. La cerámica Valenciana. Apuntes para una síntesis, p. 200 [versión electrónica] http://www.avec.com/lcv/lcv.pdf

[2] Por ejemplo una bacía de barbero, del siglo XVIII, realizada en la Real Fábrica del Conde de Aranda (Alcora). Museo de Cerámica de Alcora. Nº inv. mca-345. También una fuente del Siglo XVIII, realizada en la Real Fábrica del Conde de Aranda (Alcora). Museo de Cerámica de Alcora. Nº inv. mca-562.

[3]Ponemos como ejemplo una sopera realizada entre 1784-1800 en la Real Fábrica del Conde de Aranda (Alcora), del Museo de Cerámica de Alcora, Nº inv. mca-431. También una salsera de entre 1784 y 1800 de la Real Fábrica del Conde de Aranda (Alcora) del Museo de Cerámica de Alcora, Nº inv. mca-419.

[4] Ibídem, p. 217.

[5] Museo Nacional de Cerámica de Valencia. Nº inv 1/6388.

[6] Nº inv 1/6388.

[7] Museo del Diseño de Barcelona. MCB 5375-0

[8]ÁLVARO ZAMORA, M.I., “La pila bautismal de la iglesia de San Martín de Salillas de Jalón (Zaragoza). Una pieza inédita de Alcora (1787)” en Artigrama, nº 20, 2005, p. 283.